Las ideas son los bloques con los que se construyen las diversas cosmovisiones. ¡Y el mundo de las ideas sí que es complejo! No en vano le dediqué una sección entera llamada “El Origen de los Errores”, de mi primer libro publicado “La Búsqueda Suprema”, a plantear un efímero pantallazo de cómo funciona el mundo de las ideas. Estas son fruto del pensamiento humano y pensar suele ser siempre bueno. Sin embargo, por más que elogiemos el acto de pensar, la realidad humana es que las ideas generadas no siempre son un buen fruto. Y es que no todo ser humano piensa en forma coherente y razonable. Pero lo de cómo pensar con cordura es tema para otro día (o si lo prefiere lo puede revisar en mi libro con mayor profundidad). Por ahora sólo quiero resaltar que con las ideas se construyen las ideologías, y éstas últimas pueden resultar nocivas por varias razones, de entre las cuales menciono algunas a continuación:
- Porque se trata de un error: Pocas cosas hacen tanto daño como el estar convencidos de cosas erradas.
- Porque de plano son mentiras: Hay una enorme diferencia entre mentira y error, pero tocaremos ese tema en el blog de Tintero Abierto en otra ocasión. Por ahora sólo diré que la mentira tiene un grado mucho mayor de perversión que el error, puesto que implica conocimiento de causa y por ende, maldad.
- Porque induce conductas destructivas: Ejemplo de ello son el racismo, el machismo y el feminismo radical (que en la práctica se ha convertido en machismo al revés).
Las ideologías, nos rodean por doquier. Nos coquetean e intentan seducirnos. No hablo de ninguna ideología en particular. De lo que hablo es de que las grandes corrientes de pensamiento humano, llámese religioso, filosófico, político, gnóstico, ateo, científico, o de cualquier otra índole, todas se construyen entremezclando ideologías diversas, pero dentro de esa maraña de pensamientos, hay cosas buenas, cosas malas y cosas feas. Lo bueno edifica, lo malo destruye y lo feo denigra. Así, si queremos un mundo mejor, es responsabilidad de cada uno ejercer nuestra función de ente pensante, para aprender a depurar esto, como dicen las escrituras cristianas: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Así que, amigo lector, le propongo algo: Conviértase en un “Buscador de Verdades”, y haga de ello su ideal en esta vida. Eso lo mantendrá a salvo de ideologías nocivas, y en el proceso, puede pasar que, sin saberlo, se acerque más a Dios.