La palabra cosmovisión fue inventada por primera vez por filósofo alemán Wilhelm Dilthey en su obra “Introducción a las Ciencias Humanas” (1914). Sin embargo, el concepto en sí es anterior a él. Sin entrar en detalles académicos, yo simplificaría la larga y multiforme definición así: Es el conjunto de convicciones que acumulamos en la mente y gobiernan nuestra conducta. En este blog no explicaremos la parte teórica detrás de una cosmovisión; lo que pretendemos es más bien abordar las distintas propuestas de pensamiento humano, a través de un análisis de la cosmovisión correspondiente. Queremos ser un espacio para compartir y analizar ideologías, dentro de un marco de respeto y un espíritu de docencia. Contribuir además a la destrucción de mitos y al ejercicio de empatía, mediante el análisis de las cosmovisiones de moda. Es posible modificar la conducta modificando la cosmovisión; por ende, si queremos ser mejores personas, tenemos que revisar de continuo nuestra cosmovisión.
La cosmovisión está hecha de pensamientos. En consecuencia, es parte de toda actividad que nos haga pensar. Está presente en la política. Está también en la ciencia. Está en toda filosofía y en toda religión. Está en el arte y en el deporte. Está en la mente del criminal y también en la del virtuoso. Está en la guerra y en la paz. Está en el intelectual y también en el iletrado. Está en el convertido que se arrepiente, y en el perdido que se corrompe. Cualquiera que sea la mentalidad, todos tenemos una idea de cómo funciona el mundo, y actuamos en función de esa percepción. Esto es, tenemos una cosmovisión.
En este blog estaremos planteando y analizando los diversos aspectos que forman parte de cosmovisiones definidas. Es nuestra meta ayudar a construir una cosmovisión sana, depurando lo que es nocivo o engañoso y resaltando lo que es constructivo y veraz. Ya en nuestro libro “La Búsqueda Suprema” abordamos en más detalle este tema, estableciendo una diferencia entre un “bloqueador de ideas”, un “defensor de ideas”, y un “buscador de verdades”. Para una cosmovisión sana, tenemos que convertirnos en “buscadores de verdades”.
Por supuesto, sus comentarios respetuosos serán bienvenidos; somos conscientes de que no somos dueños de ninguna verdad absoluta, y sus aportes pueden sernos de mucha utilidad. Gracias de antemano por su amable participación.